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No, no hubo justicia
Fecha de Publicación: 09-11-2025
Por Marta Suarez-FSN-Rosario
La Lista Marrón ganó las elecciones en Acindar hace 50 años. Lista clasista que desplazaba a la burocracia reinante de Lorenzo Miguel en la UOM de Villa Constitución. Osadía que no toleraron los burócratas y mandaron la intervención al gremio. Ni la Empresa que despidió a los trabajadores de la lista. Ni un gobierno que declaraba enemigos a los laburantes, denunciaba infiltrados y militarizó a la zona desde Villa a San Lorenzo. En la madrugada del 20 de marzo de 1975, 4000 agentes de las fuerzas conjuntas produjeron unas 150 detenciones y 15 asesinatos.
Se juntaron memorias, voluntades, leyes y se fue a juicio. Se cumplieron todos los pasos, todas las formalidades, los requerimientos. Se esperó pacientemente los tiempos establecidos y vimos la impunidad que tenía. Se hizo todo para obtener Justicia.
Pero no, no hubo Justicia.
No hubo suficientes pruebas, dicen los jueces. Los mismos jueces que escucharon relatos en primera persona, contando con precisión quien ejecutó la tortura, quien secuestró, quien golpeó. Contando a qué hora de qué día. Contando el recuerdo del dolor de cada golpe.
Los mismos jueces que escucharon a familiares de los que ya no están, narrar cómo vivieron los allanamientos y el sentimiento que perfora la vida al recordar como se los llevaron y esperar en vano el regreso.
Los mismos jueces que escucharon y leyeron la documentación ofrecida por abogados y abogadas que además del corazón y compromiso han trabajado con profesionalismo y dedicación.
También escucharon a personas que vivieron en aquellos días, en aquella ciudad y recordaban la gesta y los nombres y las esquinas. Y seguro les habrán quedado algunas de las palabras que en archivos audiovisuales dejaron los dirigentes sindicales de la Lista Marrón, que no les alcanzó la vida para estar en el juicio, que demoró 4 décadas en llegar.
A los jueces no les parecieron suficiente pruebas, y los dejaron libres.
Tal vez tuvo que ver en la decisión del Tribunal, este avance de derecha que no reconoce derechos y nostálgica de aquel tiempo de aniquilar luchadores, premia al brazo ejecutor con libertad.
Tal vez habrá que acomodarse del golpe. De amucharse porque es tarea colectiva. De encontrar el valor para responder que No hay Olvido, ni Perdón ni Reconciliación y gritarlo a viva voz. Y recordar -tal vez- aquella consigna simple y profunda… si no hay Justicia, hay Escrache. Porque una vez más, con el repudio no alcanza cuando la impunidad anida.