• La personificación extrema de la política

Por Francisco Ramos-FSN-CABA

Los grandes líderes y referentes políticos de la historia americana, siempre fueron muy fuertes, como emergentes y representantes de importantes proyectos de ideas.

San Martin, Bolívar, Azurduy, Dorrego, Perón, Fidel, Allende, Chávez, Evo, Lula, Néstor y Cristina, entre tantos otros...

En cambio, desde la caída de la última dictadura cívico militar en nuestro país, en 1983, el equilibrio entre el liderazgo y proyecto fue una excepción, y se ha roto siempre en desmedro del segundo.

Primero, con la fuerte imagen de Alfonsín y la esperanza democrática, luego el gran protagonismo del "caudillo" Menem; cruzando el 2001 la década kirchnerista vuelve a equiparar esa relación, pero en 2015 la figura de Macri y ahora, el presidente Milei, ha. ocultado detrás de ese personalismo, proyectos de enorme contenido anti popular, como si se tratara de un eclipse, que invisibiliza las políticas de los grandes grupos económicos locales y foráneos.

Fue asi como creímos que "con la democracia se come, se cura y se educa"; con Menem pasamos de la Revolución productiva y el Salariazo a una feroz extranjerizacion de las empresas del Estado, y encima sincerando, "si hubiera dicho lo que iba a hacer, no me votaba nadie".

El macrismo prometía, "vamos a dejar lo que está bien y cambiar lo que está mal", y al final nos volvieron a endeudar con el FMI.

Para terminar con la actual motosierra sobre la "casta política", que en realidad está recortando todos los derechos y beneficios del Estado para el pueblo más humilde que los necesita...

De esta forma, la figura política atractiva, poderosa, ayuda a esconder detrás suyo el verdadero objetivo del plan de saqueo y destrucción nacional.

Pero también, desde nuestro campo popular volvemos a repetir construcciones personalistas, en una danza de candidatos "por la unidad" pero sin democracia interna.

En un gran paso adelante para que nadie quede afuera como otras veces, sin embargo, con el viejo método de la rosca política de cierre de listas. En esta ocasión ya no fue la dedocracia unipersonal de los últimos años, dos lapiceras más se sumaron al armado electoral en la desiciva provincia de Bs. As. Un formato de repartición de cargos sin el protagonismo que pretendía aquella ninguneada y desprestigiada PASO que nunca cumplió su objetivo.

De esta manera, la importancia del voto popular es disminuida a su mínima expresión, en una batalla jerárquica entre referentes, sin debate de ideas ni de proyectos para una Nación independiente, y con la ausencia absoluta del pueblo y de mecanismos que incentiven la participación y la representatividad de los distintos espacios políticos que conforman el campo popular.

Esta autocrítica no es "fuego amigo" sino una alerta para construir de aquí para adelante, un verdadero frente político (a partir de este armado electoral) con la imprescindible participación y protagonismo de las bases militantes, camino a una interna donde se haga realidad aquello de: "el que gana conduce y el que pierda acompaña" pero con la justa representatividad por Sistema proporcional.

Hoy por hoy, no nos hemos diferenciando ni en las formas, ni en poner por delante a la Patria con las propuestas que vienen desde abajo, con la participación esencial de los gremios, las organizaciones sociales, feministas, de los DDHH y ambientales.

Simplemente porque aún no hemos formado el colectivo nacional y popular que las incluya, sin discriminación alguna y con canales directos de decisión para construir entre todos un Programa social de gobierno o Plan Quinquenal Soberano, que atienda todos los reclamos y soluciones, generales y sectoriales de la economía, la cultura, salud, vivienda y educación públicas, entre otras propuestas concretas que surgirán desde las organizaciones de base de nuestro pueblo.

No hubo tiempo para internas, primero porque nos ganaron la batalla de las PASO, suspendiéndolas incluso con nuestro voto, y luego porque hace rato que cada espacio está en la suya aportando así a la división general después de la derrota del 2023, como producto del desastre del anterior gobierno "compañero".

Entonces, mirando hacia adelante, dejo una importante propuesta más, si sólo nos agarramos del calendario electoral diciendo que a Milei hay que ganarle con las urnas, estamos admitiendo dos años más de destrucción libertaria sobre el Estado y nuestro pueblo que no soporta más ajustes. Por lo tanto, acompañar la lucha de todo el pueblo en las calles es la llave más importante para terminar cuanto antes con esta pesadilla, sin ser cómplices del genocidio por goteo que está sucediendo.

Las elecciones son un instrumento más, NO el único para librarnos de esta tortura que ya fue calificada de “terrorismo de Estado de baja intensidad”, una verdadera dictadura cívico policial del capital financiero, ¡que debe terminar cuanto antes!