• Las hipocresías de los poderosos hacen historia

Por Koly Bader-FSN-Tucumán

El Día de la Industria ha resultado una irónica alegoría. El 2 de setiembre que debería ser denunciado como una fecha vergonzante sigue siendo el Día de la Industria por lo que fue, dicen, la primera exportación manufacturera argentina. Lo que no se dice es que esas manufacturas fueron el fruto del trabajo esclavo de más de 20 mil indígenas de Santiago del Estero bajo la autoridad del encomendero y obispo Fray Francisco de Vitoria, por lo demás antiguo miembro de la Santa Inquisición Española, importador de los primeros esclavos al Río de la Plata, comerciante y contrabandista según la denuncia del gobernador de entonces. Efectivamente el 2 de septiembre de 1587 zarpó del fondeadero del Riachuelo, que hacía las veces de puerto de Buenos Aires, la carabela San Antonio al mando de un tal Antonio Pereyra con rumbo al Brasil. Llevaba en sus bodegas un cargamento fletado por el obispo Fray Francisco de Vitoria. Se trataba de tejidos y bolsas de harina producidos en la por entonces próspera Santiago del Estero. Lo notable es que, dentro de las inocentes bolsas de harina, según denunció el gobernador del Tucumán Ramírez de Velasco, viajaban camuflados varios kilos de barras de plata provenientes del Potosí, cuya exportación estaba prohibida por Real Cédula. Es decir que la "primera exportación argentina" encubre un acto de contrabando y comercio ilegal, además de ser el fruto del trabajo servil de indígenas sometidos al poder de la iglesia.

Dice el historiador Felipe Pigna: “El Obispo Francisco de Vitoria había servido en Charcas a un mercader y allí pudo entablar relaciones comerciales con los miembros más notables de la Audiencia, lo que le permitió obtener un permiso para importar esclavos desde el Río de la Plata. Hasta entonces no había entrado ni un solo esclavo por Buenos Aires. Vitoria fue el pionero del tráfico negrero en estas tierras. Sin embargo, el Consejo de Indias lo había propuesto “por ser muy buen letrado y predicador” y por poseer excelentes recomendaciones por su pasado de consejero de la Inquisición en España.

En 1586, fue nombrado Juan Ramírez de Velasco gobernador de Tucumán. Sus primeras medidas fueron condenar el concubinato ("amancebamiento"), la sodomía y el estupro. Sus principales enemigos eran el obispo Vitoria y sus socios de la Audiencia de Charcas. El gobernador denunció el contrabando practicado sistemáticamente por Vitoria, pero los miembros de la Audiencia, que estaban en el negocio, parecían no "oír" sus reclamos”.

Si hubiera alguna justicia histórica este día en lugar de ser el de la industria debiera ser de la vergüenza.  Y fue nada menos que el Consejo Nacional de Educación el que el 31 de julio de 1931 resolvió adoptar, para conmemorar el día de la industria, la fecha del 2 de septiembre, porque en tal día de 1587 se realizó el primer embarque de productos manufacturados nacionales con destino al exterior. Sin embargo, como carecía de decreto oficial, en 12 de setiembre de 1946 el gobierno de Juan Domingo Perón resuelve poner como día de la industria el 6 de diciembre fecha del año 1793 en la cual, hallándose en Europa completando sus estudios, el doctor Manuel Belgrano fue designado secretario del Consulado. Sucede que su gestión en este cargo se caracterizó por la promoción del progreso industrial, facilitando y favoreciendo la adquisición de maquinaria e instrumentos de trabajo. Fue enérgico propulsor de una nueva política social y económica, difundida luego desde el Correo de Comercio. Ante el espectáculo de abandono y miseria que presentaba el país, Belgrano defendió la necesidad de liberar las fuentes de la producción de las trabas y privilegios que las mantenían estancadas. Reclamó la libertad del labrador, del artesano y del comerciante; demostró la conveniencia y el porvenir de los cultivos de cáñamo y de lino; se propuso reorganizar la educación pública y sostuvo la necesidad de promover el comercio interior mediante la construcción de caminos, canales y puertos. Fue efectivamente, como lo afirma uno de sus biógrafos (Luis Roque Gondra), quien enunció por vez primera la obra de transformación material y espiritual que requería el país. Imposible negar lo justiciero del homenaje.

Sin embargo, la Unión Industrial Argentina insiste curiosamente en festejar el 2 de setiembre. Algo debe significar para ellos, más que el papel de Manuel Belgrano.